lunes, 24 de octubre de 2011

Ríos.

20 de Noviembre 2008.
Como un acuario (Abril).
Comentario en "Blog".

Ríos:

Hay ríos, de cuerpos hídricos y a temporales, hay ríos humanos de flujos corpóreos, físicos, como aquellos que me destrozaban mis maquetas y mis laminas en mis lejanos días de estudiante, esos flujos inmensos de gente que me presionaban el pecho y el abdomen hasta hacerme sangrar la nariz. En estos momentos, mientras luchaba por nadar contra corriente en este flujo humano me sentía rodeado de la mas absoluta soledad.
Están los ríos conformados por el fluir del tiempo, estos, que son tan ligeros y tan abrasivos, que nos erosionan el rostro y el cuerpo, que nos engañan con su levad y que, a la larga, terminarán por matarnos.
Existen los ríos de la pasión que nos impulsan y al mismo tiempo nos consumen con su tibia llama. existen también los ríos de las palabras, aquellos que nos anegan los oídos y los ojos con su contenido, valioso o insulso.

Hace tiempo que deje de luchar contra la corriente estos varios y numerosos ríos, a veces traslapados el uno sobre el otro y de velocidades cambiantes. Hace rato que soy solo un cuerpo a la deriva que flota en ellos.
Si la recta es la distancia mas cercana entre dos puntos este movimiento de abandono, circadiano es lo opuesto.
La distancia mas cercana entre dos puntos es dejarse llevar, estoico, por el flujo de las cosas hasta completar el ciclo y regresar a este final que no es otro que el origen de las cosas.

Así pues a flotar y a dejarse llevar hasta regresar al eterno origen, un día de estos el circulo sera completado y regresare al inmenso mar es que el origen de las cosas y cuyo brazo diminuto es este fluido por el que transito en este momento.

Aunque no le veo, siempre puedo ver y distinguir a las gaviotas en lontananza, y oler la fina humedad en la sal de mi destino.

jueves, 20 de octubre de 2011

Tocata...Y fuga...(En do menor.)

31 Octubre del 2010 - 10 de Noviembre 2010


La fuga. (Anécdota.)

Tal vez sea por que estoy llegando a la crisis de la edad adulta, el encontrarme de pronto en la edad madura y saber, que lo que e creído y esperaba de mi no se a cumplido, no se ha realizado. Liberarme un poco de la cárcel de la rutina y de el demonio del trabajo. Huir del tedio, del confort, de la casa y del lugar común. Estar solo, disfrutando del camino y de la soledad y de la apabullante y desagradable compañía de mi persona.

Desde mediados de la semana planee que hacer con mi día de descanso, manejaría por la autopista para llegar a una salida que conduce a una carretera de dos carriles que sube sinuosa por la sierra que bordea esta gran ciudad de los IMECAs (Mexico D.F o el ombligo de la luna, para ser más precisos). Conducir por este camino por el que hace diez y ocho o veinte años, no recuerdo bien, mi padre nos llevo a dar un paseo. Recordaba o estaba seguro de recordar, que no es la misma cosa, casi todas las singularidades del camino. De en donde tomar la desviación en la autopista y de en donde o por donde seguir hasta llegar a que pueblo y de ahí continuar subiendo por la sierra hasta llegar a una presa y después, en el punto mas alto de la carretera llegar a un valle plano, de pastos bajos donde mi memoria me indicaba que existían unas bancas y asadores de concreto bordeando la carretera.

Así pues salí, dispuesto a recorrer caminos nuevos, lejanos, que solo existían en mi memoria y de los cuales quería confirmar su existencia. Sentirme libre, liberado del tedio, dejar un a un lado, aunque sea por un día los miedos racionales y las preocupaciones. Vagar, con rumbo definido, dar un paseo, hacer aquello que se supone la gente hace para divertirse, distraerse, pasar el rato. Dirigí mi rumbo hacia la carretera, hacia un camino serpenteante, rodeado de casas y negocios, y de campos llenos de autos chatarra que dormían el sueño de los justos mientras sus carrocerías se podrían lentamente entre los óxidos diversos que atacan sus cuerpos, los metálicos y los del olvido. No pude sino sentir un poco de lastima por ellos, olvidados en estos lotes llenos de pasto y vació. Proseguí mi rumbo, huyendo, por un día, a la rutina de mi día de descanso que cada vez se parecen mas a un día de trabajo, tal vez por eso sentía esta ansiedad que me impulsaba a manejar rápido, mas rápido y a desesperarme por el paso lento de los autobuses que a paso renqueante subían por el camino. Mientras mi ansiedad subía, mi deseo de fuga me impidió disfrutar de la carretera, de sus curvas y de su sinuosidad, de disfrutar del sol y de la caricia del aire fresco, de la belleza del paisaje transformado en un borrón verde y azul que pasaba, deprisa, por la ventanilla.
Mientras veía los letreros de la carretera regresaron mis miedos, esos que yo creía alejados por la distancia, guardados en un cajón en mi casa. La tiranía del reloj me apretó las riendas y las ideas de las que desesperadamente trate de huir, lentamente se apoderaron de mi cabeza. ¿No era acaso ya muy tarde?¿A que hora regresaría a la casa?¿Y si alguien me hablaba al teléfono móvil?¿Qué le diría? ¿Como le explicaría que estoy cometiendo una fuga de mi rutina?
Las preocupaciones y temores se fueron acumulando lenta y pesadamente en mi cabeza. ¿Y si se me acababa la gasolina en estos terrenos serranos?¿Quien me ayudaría, que haría? A partir de ese momento cada tramo de camino era de angustia, se me hizo imposible disfrutar del clima o del paisaje. Cuando finalmente llegue al punto mas alto de la carretera, este, que termina en un valle de pastizal bajo, con los comedores y asadores de bancas de concreto que estaban ahí, justo como los recordaba, cometí un acto de gran cobardía, un acto absurdo. Apenas baje del auto me sentí profundamente incomodo, mis temores me tomaron por asalto y patendome me obligaron a subir al auto, poner el motor en marcha y alejarme a toda velocidad de aquel lugar, como si este estuviera maldito. Regrese por el camino serpenteante dominado por el temor de quedarme sin gasolina y esclavo al filo doloroso de la aguja del marcador de nivel de combustible. Gobernado por el miedo al tiempo y que se hiciera de noche y yo continuara manejando, o que, por el hecho de no estar en mi casa tal vez alguien me hubiera telefoneado (algo altamente improbable) y yo no hubiese contestado.

Regrese rápido, ansioso, a esta jaula y cueva que es mi casa, en donde me encerré nuevamente. Y me deje caer pesadamente en la comodidad de la rutina y el tedio, donde me sentía protegido y cómodo.

Me di cuenta que mi breve fuga fracaso, que no tengo el valor ni el coraje para fugarme de mi vida confortable, a pesar de eso, un pequeño gusanillo anida, como polilla en el interior de mi cabeza y teje el capullo de una idea. Pronto volveré a darme la fuga...

martes, 18 de octubre de 2011

Espejos.

Aldonza (de House).
Comentario en "Blog"
4 de Junio del 2010.

Espejos.

Espejos...Les detesto:

Por mostrarme como soy, con todos mis defectos, con mi rostro feo y mi cuerpo decadente, tan alejados del canon actual de la belleza. Les rehuyo, tal vez por eso no permito que me tomen fotos. Pues una foto no es mas que un espejo que cuenta con un solo reflejo en su muy limitado y aburrido repertorio, pero que nos muestra en toda su gloria nuestra horrible realidad.
Recuerdo que en las culturas antiguas los espejos tenían un gran valor ritual debido a su cualidad de permitirnos observamos como realmente somos. Es una lastima que no todos seamos el efebo Narciso para quedar prendados de nosotros mismos.

Existen los espejos de las pantallas de tubos catódicos, que permiten encontrarse con reflejos distantes gracias a la magia de los cables y la alquimia de los códigos binarios.
Sin embargo, solo le tengo estima para esos espejos bípedos y carne que son los demás, esos que sin querer reflejan nuestros vicios y nuestros defectos, esos que nos hieren el ego con el involuntario reflejo de sus acciones. A estos espejos humanoides les busco, les aprecio y les tengo mi aprecio y condescendencia, mientras volteo el espejo que cuelga sobre mi cama y que refleja un mundo inalcanzable.

Te saludo desde lejos reflejo difuso, donde sea que te encuentres del otro lado del espejo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Mictlán.

Aldonsa (Con A).
21 de Mayo del 2010.
Comentario en Blog.


Mictlán:

Mientras corta la noche con paso parejo, de homínido, se desplaza este hombre. Como cualquier otro. Tiene un cuerpo, con sus apéndices y músculos, y una solida estructura ósea. Quien lo viera no repararía en el en forma especial. Es como cualquier otro, común. Amoldado en el troquel de la realidad a los cánones de lo aceptable. Cargando sobre sus hombros las pesadas cargas de madurez y responsabilidades de la vida adulta, de los sueños incumplidos, de las fantasías no cumplidas, de los deseos profundos y negros; Inconfesables. Deseos estos que viven lo mas hondo de su ser, en un profundo hoyo que empieza su declive en la cabeza y que aumenta su pendiente conforme se acerca al corazón, lugar este donde empieza la profunda cima y hoyo sin fondo del vació humano. Lugar de toda perdición, que todo lo atrapa.

Inframundo es ese,el que llamamos vida, mundo profundo obscuro y a veces humedo igual a esta estación de ferrocarril subterráneo a donde el hombre arribo después de haber descendido los siete círculos de las escaleras y de sortean al Cancerbero del torniquete que exigió cual postmoderno Caronte el pago puntual de una moneda convertido, ahora, en diminuto boleto de papel con banda magnética.

El hombre esta solo, en la luminosidad de la luz artificial que convierte en día esta estación, rodeada de la noche permanente del inframundo subterráneo, Mictlán dirian los hombres que fueron antes que nosotros. Observo a un lado y al otro, se encontró solo, y al mismo tiempo acompañado por su Soledad insidiosa. Esa amante pesada y posesiva que lo atrapa y no le deja. Y que incluso en los lugares mas llenos le acompañaba. Y le convencía que a pesar de esta acompaño y abrumado por el peso de la demografía reinante, el siempre esta, y estaría, rodeado de las absoluta y dominante Soledad. Todo el mundo se ha marchado ya.

Se recargo en el muro mientras su equipaje físico caía pesadamente en el anden. Y un sudor frío, recuerdos de un mar lejano le empezaba a invadir el cuerpo, en oleadas progresivas, tal vez producto de esa marea alta que produce la luna en las noches. O tal vez por el esfuerzo de cargar a cuestas, como caracol, todos sus problemas y desilusiones. Peso terrible y muy pesado, que le hacia temblar las piernas en este momento y que le maltrataba sus marchitas y grises alas.

Con paso vacilante, debido a los pesos que debía de soportar, se encamino al borde del anden. Para observar como de la obscuridad de la noche perpetua del túnel surgía una repentinamente una estrella, un sol, ahora supernova y luego faro de ferrocarril. Para observar como un inmenso gusano monstruoso, de piel metálica naranja entraba en tropel a la estación mientras devoraba los rieles a su paso.

El hombre afianzo a la realidad mientras pudo y tomo vuelo. Un paso dos, otro mas y salto al vació, pensó mientras sus cuerpo anonadado seguía a sus decididos pies, Desplegó sus alas y las extendió en el aire mientras planeaba hacia la obscuridad liberadora que el veía venir en forma de rieles paralelos, obscuros. Mientras el gusano metalico de piel naranja gritaba con voz de sirena y chirriaba mientras intentaba frenar su loca carrera.

Las alas extendidas planean en picada mientras se liberan de sus plumas, separadas ya, de la pesada carga que en vida llevo el nombre de hombre. Las plumas siguieron planeando, lentamente, hasta posarse en el anden frió y en los rieles llenos de sangre, algunas, otras, hacían arabescos o descendían en trazos circulares mientras eran atraídas a la obscuridad, atrayente, siempre a la obscuridad.

viernes, 14 de octubre de 2011

miércoles, 12 de octubre de 2011

Torres Electricas II

Torres Eléctricas. Linea Matsushiro (II)
20 - 26 Enero 2011

I

Si las ves, fijamente, te darás cuenta, de como se mueven, se mecen, que así se le llama a este movimiento. Sí, se mecen, plácidamente, movidas por el viento y oscilan en una danza en las alturas mientras se sostienen en el aire.

Me gustan las torres eléctricas, por sus formas geométricas, por estar hechas de triángulos y ángulos que se cruzan, y que forman un caleidoscopio de lineas que se recortan contrastantes contra el plomizo cielo de esta ciudad. Me gustan por estar hechas de lineas rectas y por ser ellas mismas, parte de inmensas lineas de torres formadas, con disciplina marcial, mientras atraviesan cerros, cañadas, bosques y llanuras, les admiro, por rectas, estoicas, marciales y disciplinadas.

Siempre me han sorprendido las torres eléctricas, con sus esbeltas y raquíticas figuras, me sorprenden por el hecho de sostenerse en el aire por delgadisimas trabes de aluminio que hacen que parezcan, desde lejos, estructuras realizadas por palillos de dientes, a pesar de eso, estas esbeltas trabes metálicas sostienen un peso de varias toneladas, de manera increíble y casi mágica, a veces creo que su estructura liviana, aparentemente frágil, transparente, de una limpidez y claridad sincera, encierra un vacío y que este vacío y el aire circundante es lo que realmente mantiene a las torre erguida, ligera. Creo que es así, pues recuerdo o creo recordar, por viejas lecciones de física básica, que el aire caliente sube y mantiene a los globos aerostáticos en el aire. Tal vez, el vacío interior de estas torres no lo sea tanto, y estas están en realidad llenas de aire lentamente entibiado, y es debido a este aire caliente que se mantienen derechitas, buscando llegar al cielo, tal vez de ahí su forma, gruesa en su base y delgada en su tope, tomaron esta forma, no por solides estructural, sino por estiramiento, por alargarse hacia el globo solar, por culpa del aire caliente que ocupa su vacío interior, y que en exceso, deformo la figura de la torre, como si esta estuviera hecha de flexibles ligas de de hule y no de aluminio. Tal vez por eso las torres calzan en cada uno de sus cuatro pies, gigantescos bloques de concreto u hormigón, zapatos estos, que parece que las torres hubieran utilizado para aplanar su derecho de vía, pero que no son otra cosa mas que pesos, colocados estos en forma precavida para evitar que el aire contenido dentro de ellas, ese que las hace querer subir al cielo y que le ha hecho adoptar esa forma alargada que les es tan peculiar se las lleve volando, como globos.

II

Desde hace años, muchos, décadas, diría que toda mi vida, que no es mucha, ni suficientemente poca, e vivido cerca de un paso de vía de torres eléctricas que forman parte de una linea de distribución de corriente de alta tensión. Ocupan estas, el larguísimo camellón de una avenida que, curiosamente, se llama "Avenida de las torres" y recuerdo que esta ciudad, Medusa cuyas serpientes hacen crecer la ciudad, convirtiendo con su mirada los campos en masas de piedra, todo hormigón y chapapote, abundan las calles así nombradas, tal vez, lo curioso seria encontrar una delegación o municipio de esta gran urbe de concreto y demografía anónima que no tenga su correspondiente "Avenida de las torres".
Recuerdo como de niño las observaba mientras paseaba a lado de ellas montado en bicicleta, y de las recomendaciones de no volar cerca de ellas papalotes, pues en caso de que uno se enredara en los cables de alta tensión uno moriría inmediatamente consumido por el chispazo eléctrico producido por el efecto de hacer "tierra" la corriente de alto voltaje. En mi mente infantil me regodeaba con el placer macabro de reconstruir mil veces mi trágica muerte en la imposible escena de verme reducido a una escultura de ceniza humeante, calcinado y electrocutado como castigo de atreverme a volar un papalote cerca del espacio vital, sagrado, de esas moles deidedificadas que eran las torres eléctricas, muerto rápido en consecuencia a mi infracción, por un rayo justiciero de alta tensión y quedar, para escarmiento y señal de algún futuro retador, como escultura humeante sobre el pasto seco de los camellones. Pensaba, con terror comparativo, que tal vez en Sodoma y Gomorra los niños habían volado papalotes cerca de torres eléctricas y que eso de las esculturas de sal era algún raro y terrible error de traducción.
No mentiré, si confieso que el temor a la electrocución, a morir fulminado por un zumbante chispazo eléctrico no era una idea que, tanto me atraía, como me aterrorizaba. Como todo niño, o adolescente me di algunos "toques" eléctricos al tocar o desconectar extensiones eléctricas, estos accidentes, producto de mi negligencia casi siempre, tuvieron como consecuencia, sin excepción, una mano dormida y hormiguente, ajena, que recordaría durante mucho tiempo lo peligroso que era la electricidad. Por esta misma razón durante años me quedaba cerca de las torres, silencioso, expectante, sin atreverme a tocarlas, pues temía sufrir un chispazo, toque, electrocución masiva, o cuando menos una mano dormida y hormiguente, dolida, ajena, entregada en tributo, temporalmente, a alguna deidad desconocida: El patrono de las torres eléctricas electrocutantes "electro-pochtli" o "electrocoatl".

III

Las torres eléctricas hablan, si, las eh escuchado, muchas veces, sentado en el centro de el área cuadrangular que determinan sus zapatos de concreto, o caminando lentamente en el camellón, las eh oído hablar, escuchar su lengua susurrada que transmite su platica de torre a torre. Que tonto eres, diría alguien, lo que escuchas es el zumbido de la corriente eléctrica al pasar por los cables. Tal vez es cierto, tal vez es así. Pero yo creo, no, estoy convencido de que las torres eléctricas hablan con dialecto zumbante unas con otras. Es este ruido, el de enjambre de abejas de alta tensión el que puedo identificar como dialecto, pues el zumbido que parece constante aveces se entrecorta, fluctúa, formando un código ininteligible, con el que hablan unas con otras..
¿De que hablaran en su lengua de puro flujo de electrones? ¿De los bosques donde están los dinamos que generan su corriente eléctrica?¿ De las selvas verdes y de los ríos llenos de cocodrilos donde están las presas del cañón del sumidero, de sus habitantes que hablan con los pájaros quetzales en su lengua maya?¿De los amaneceres y puestas de sol maravillosas de las costas? Me pregunto sin respuesta de que hablaran y si tal vez las noticias contadas durante años de torre a torre no generara en ellas sueños y añoranzas, de conocer otras cosas y de dejar de ser torres eléctricas, aunque sea por un momento. Les veo suspendidas en el aire, solidas, ligeras, estoicas, disciplinadas y marciales. Posiblemente llenas de sueños y de diálogos zumbantes; De alta tensión.

IV

Se fue la luz en casa, repentinamente caí en ese vació horizontal que es la negritud primigenia, la cual inundo el cuarto, convirtiendo todo lo brillantemente iluminado en obscuramente ajeno. Así pues mi casa, cueva postmoderna fue tomada por asalto por la obscuridad primigenia esa, que a toda costa, las mas de las veces evitamos y que se llama noche. Mientras caía preso del discreto encanto de la luz de una vela, veía distraídamente el techo, con instinto Cromagnon pensaba, en forma inocente mancillar la blancura del techo de tirol con la negra silueta de mi mano y empezar a crear un nuevo Altamira, o Lascaux, dentro de la intimidad de esta, mi cueva de cemento y ladrillo, fue entonces que las vi de reojo por la ventana, recortadas en la obscuridad de la noche contra la claridad del cielo nocturno libre de nubes y lleno de estrellas. A las torres eléctricas, marchando, una tras otra, a ritmo de parada, de desfile dirían otros, estoicas y marciales, unidas por sus cables. Al fin se habían puesto en movimiento. Dejaron los sueños prendidos en algún lado y decidieron cambiarlos por una buena dosis de realidad. Cantaban, o creo que lo hacían, en un coro de zumbidos eléctricos murmurantes, que chisporroteaban a veces, cuando los cables chocaban entre ellos. Así continuaron, caminando, como los molinos gigantes del Quijote, al paso constante que les permitía sus zapatos de concreto, me sorprendió no verlas volar, como globos, pero pronto recordé que tal vez por ser de noche y por el sereno de la madrugada su aire caliente no tenia impulso, para ir en su búsqueda obsesiva del globo solar.
Continuaron su marcha, a paso redoblado, durante toda la noche, y parte del día, les observe sorprendido mientras se alejaban hacia el horizonte montañoso que bordea la ciudad, Las seguí con la vista por largo rato mientras se me antojaba correr y subirme al hombro de una de ellas y ver el amanecer desde la altura, me quede viendo como sus pequeñas siluetas en la lejanía coronaban los espinazos de lo cerros, como si de inmensas agujas de acupuntura se tratara quitando las dolencias de espalda de esta sierra montañosa hasta que desaparecieron. De lo que paso después solo puedo imaginarme, de verlas caminar a través de valles, atravesando ríos y solidarias como son ayudandose las unas a las otras con sus cables para hacer rapel a través de cañadas y barrancos.
Me di cuenta que las torres dejaron de soñar, de sentir añoranza por los lugares que nunca han visto y que deseaban ver. De sucumbir a la tentación de la invitación transmitida de una a otra en su lengua de electrones.Dejaron de soñar para ponerse en movimiento e irse de vacaciones, de abandonar , por una vez, su postura rígida y responsable de indudable estoicismo. Tal vez caminaran por muchos kilómetros hasta ver el amanecer en la costa, donde se mecerían en el viento mientras el mar les moja sus cuadrados pies de concreto y las gaviotas se posan lenta y plácidamente en sus cabezas, podrán descansar plácidamente, vacacional, que buena falta le hace y soñar un poco con nuevos horizontes, lugares estos donde dejarían de ser torres; Serán palmeras.

miércoles, 5 de octubre de 2011

1955 -2011

1955 - 2011

Steve Jobs (05 Octubre 2011)

Demonios... Me distraje por una nota en la TV. Fallecio Steve Jobs...

Y yo aqui, frente a esta "Emac" de inmaculada piel de blanca porcelana. Le admiraba tanto Sr. Jobs, por sus excelentes computadoras de trabajo (Mac Performa, Mac 9600-300 power PC, G3 y G4 en las que he trabajado) y por su futuristico y nunca bien ponderado "Newton" (El tatara abuelito del "Ipad" y el papa de la "Palm", objeto fantastico este el cual existía, créalo o no, por que yo los vi en vivo por halla de 1994 - 1995) aborrecía un poco que el genio de su mente sea mas reconocido por objetos como el "Ipod, Iphone o Ipad". Objetos todos ellos que no pienso tener, a menos que sea absolutamente necesario o de vida o muerte.
Jobs fue, junto con Wozniak el creador del Apple uno, y de los sistemas operativos que permitían al usuario operar los programas desde un entorno gráfico de ventanas. Tan común hoy en día y copiado cínicamente por el antiguo amigo de Jobs; Bill Gates. Hecho que desemboco en una larguísimas demanda judicial ganada por Microsoft.
Para mí el Mac OS. era revolucionario, creanlo, por que yo aprendí, para que te des una idea, hace un montón de años, a programar en "Basic y Cobol" a partir de discos de tres y media, y de cinco un cuarto de pulgadas, de los cuales vertíamos instrucciones en una "PC" que tenia una pantalla de inicio monocromática con caracteres de color verde neón que herían la vista después de verlas un rato, pantallas donde un cursor vertical parpadeaba después de los caracteres "C:"en espera paciente de instrucciones. Que envidia les tenia a esos pocos usuarios de Mac que yo conocía y que tenían en sus computadores los monitores integrados al CPU ("Mac II classic", si mal no recuerdo) en una maquina bastante bonita y elegante, en la cual en una pantalla monocromática, pero de escala de grises, uno podía navegaban por medio de un gran mouse cuadrado de un único y gran botón amigable.

Se que de los creadores de Apple, Wozniak era el genio en ingeniería y Jobs mas bien alguien que tenia una gran capacidad de ver como volver mas sencilla e integrada la tecnología, como volverla fácil y amigable, usable, y que tuvo el genio mayor y buen tino de allegarse con gente brillante que sabia aterrizar sus ideas en cosas tangibles. Jobs tal vez no era un genio de la ingeniería pero si un gran imaginante que impulso y supo aprovechar la tecnología para fundar empresas de vanguardia como Next (Con Wozniak, otra vez), Apple y Pixar.

El día de hoy, que me entero de su muerte se que no pasara nada fundamental después de su partida, el mundo seguirá rotando sobre su eje en veinticuatro horas mas o menos y la luna orbitaria la tierra. Jobs era alguien importante, sin duda, persistente, como lo demostró su larga lucha contra la enfermedad hepática que le hizo tener al momento de su muerte el hígado de un hombre de 20 años que le habían trasplantado unos años atrás. Persistente con sus compañías y con sus ideas. Jobs fue un hombre como pocos que murió como todos... Y es este hecho, el de ser como todos nosotros, pero inmortal por lo que deja, lo hace mas cercano al olimpo de la historia.

No podemos librarnos de lo que somos, de algún lugar venimos, del polvo de las estrellas y allí es a donde regresamos, como el señor Jobs que solo se nos adelanto un poquito...No tengo prisa, pero algún día, todos nosotros un día antes o después, algún día le alcanzaremos.

domingo, 2 de octubre de 2011

Espera. (Plantado).

Como un acuario.
Comentario en "Blog".
28 de Octubre 2009.


Espera:

Llegue temprano, como siempre, e hice lo que hago todas las veces que esto pasa, busco un árbol y cobijado en su sombra y su frescor me dedico a esperar, mientras leo un libro...

Y espero...

Siempre espero...

No se bien por que siempre tengo la manía de llegar temprano, si se que mis poco puntuales citados siempre llegaran tarde; Impuntuales. Dolorosamente ajenos a mi tiempo, pero increíblemente conscientes del valor del suyo, de ese, que no hay que desperdiciar, excepto el mío, tal vez este, el mio, les es indiferente. Uno es solo consciente de lo que de suyo es, lo demás es lejano, difuso, lejos del punto de enfoque del lente de nuestra percepción y nuestra realidad y por lo tanto irrelevante, secundario, cuanto más.

Espero...

Siempre espero, a los amigos, a los funcionarios, en los engorrosos tramites burocráticos y a las mujeres que pretendí, Esas que en algunos casos (Muchos diría yo.) me dejaran esperando dolorosas y anhelantes horas, para, las mas de las veces ni siquiera presentarse. Plantón deliberado en jardinera ausente y mano intangible. Me imagino que se reirían a escondidas de mi, sabiendo que las esperaba estúpidamente, como tonto, plantado en el piso como si de un árbol más en la banqueta se tratara, levemente encorvado, inclinado y a veces desojado. Me he preguntado, una y otra vez si es divertido o les habrá causado algún placer mal sano el saber que uno, yo, o lo que soy estaba ahí firmemente plantado al piso en dolorosa y anhelante espera mientras ellas, despreocupadas y olvidadizas atendían el no desperdiciar su valioso tiempo. No desperdiciado, o al menos no conmigo... Recuerdo que alguna incluso me dijo que olvido la cita, que novedad, eso me hizo cuestionarme acerca de que si una espera olvidada jamas sucedió. No, para ella no, tal vez para mi sí y por este simple hecho posiblemente es o fue inexistente.

Espero...

La espera es Don de Reyes, es esa rara cualidad que separa a los genios del populacho, del vulgo raso, pero, en mi caso, no me siento mas digno, noble, real o inteligente por el solo hecho de esperar.

Espero...

Abro el libro, y lo estimo. Por ser un compañero mudo que empieza a platicar con uno en el momento en que se le hojea. Adoro a estos pequeños compañeros de viaje siempre dispuestos a conversar en cualquier momento y lugar. A pesar de eso, creo que es malo leer mientras uno espera, pues esta conversación personal es siempre influida por el diablillo de la impaciencia, la cual es una pésima compañera de lectura, pues acelera el ritmo e impide la comprensión de lo que debería de ser una plácida charla con el libro. Así impulsado, con impaciencia, uno devora las hojas, una tras otra, una, dos, tres, doce y cuando uno repentinamente se detiene se da cuenta que el reloj solo ha avanzado unos pocos minutos y que uno no tiene sino una remota idea de lo que leyó, impaciente.
Y me doy cuenta, de pronto, que vas atrasada y no llegas.

Espero...

Mis piernas se cansan de esperar. Se mueven de un lado para otro, inquietas, luego a la derecha y después a las izquierda, se cruzan y descruzan, creando nudos efímeros, como si quisieran atrapar el tiempo en su lento transcurrir. Por que cuando uno espera el tiempo es lento, viscoso, pegajoso, pesado. El pie de una pierna hace giros trazando con su punta órbitas etéreas en el espacio donde un paciente dedo gordo se ha transformado en satélite de un pie impaciente, mientras el otro pie se mueve de arriba abajo haciendo que el tacón del zapato aporreé el suelo con ritmo de maquina de coser, mientras da puntadas de impaciencia en suelo.

Espero...

Espero y siento como el tiempo me llega en oleadas. Densas, obscuras, viscosas. Siento como los segundos se apilan como guijarros en mis pies, lentamente, uno a uno. Hasta formar pequeños pedruscos de minutos. Se apilan, como esas pequeñas piedras que he visto colocadas alrededor de las cruces de lamina que bordean las carreteras llenas de curvas camino de Mazamitla o Tlalpuhahua y de tantos otros pueblos a los que fui en mi infancia, recuerdo estas cruces de lamina o hierro, pacientes, negras, de letras ilegibles, oxidadas, algunas cubiertas en su base por un túmulo de piedras apiladas por gente que buscan recordar a una persona que falleció en ese lugar.
Y esas cruces están allí, mudas y pacientes, esperan.

Espero...

Los segundos se acumulan y me impiden moverme. Pronto su túmulo temporal me empezara a presionar plantas de los pies Que casi seguramente empezaran a echar raíces. Pero no pierdo la esperanza y se que vendrás. ¿Espero? Y el túmulo de segundos acumulados empieza a presionarme. Me impiden moverme. Sepultado por el peso del tiempo de espera siento mis pies firmemente plantados al suelo, enraizados ya. Podría jurar que mis brazos están duros e inmóviles, como ramas, y que mis dedos se han confundido con las hojas del libro que traía entre ellas. Siento como mi pelo crece en forma de liana y que las semillas depositadas por el viento en el jardín de mi cabello mientras esperaba han eclosionado.
Disfruto del calor del sol mientras mi cuerpo crece y reverdece mientras un pájaro se posa en mi cabeza y hace su nido en mi pelo. ¿Ya es verano? ¡Que rápido pasa el tiempo!
Y mientras mis ojos derraman lagrimas de rocío y las ideas florecen en mi cabeza de verdor renovado me doy cuenta que otra vez, otra vez..." Me han dejado plantado".

Espero...