viernes, 21 de diciembre de 2012

Have a nice end of the world.

Apocalipsis now.

Si, así es, me dicen que es inevitable, que esta escrito, y por eso
mismo, por el hecho de estar escrito, es inevitable, como  otras cosas
existentes en estos y otros textos y situaciones, inevitable y
terrible, como los pagos a hacienda o la liquidación de deudas ante el
banco.
Terrible,  inevitable, catastrófico, que el fin, anunciado hace tanto
tiempo, por fin, con paciencia, lenta e inexorablemente ha llegado,
justo a tiempo, para borrarnos de un golpe, de una vez por todas de
esta tierra, para desaparecer y extinguirnos, como los trilobites y
los dinosaurios antes de nosotros y formar, después de esto, una capa
de materia orgánica muerta y chamuscada, que una eternidad de tiempo
después, en el futuro, cuando nuestro sol sea rojo, grande y colérico,
pueda una utópica civilización aprovecharnos como carbón y petróleo
para mover sus vehículos e iluminar sus ciudades.
Así pues desapareceremos, mañana, consumidos por una o mas tragedias
anónimas e inombrables. Solo quedaran los escarabajos, esos, que
empujan, como bolita de estiércol al sol, en su viaje por la bobeda
celeste.

Me dicen que así es, que los astros lo predicen, que lo han marcado,
que sus movimientos circadianos, de afelio y perielio, que sus
traslaciones rítmicas y  metódicas, que su errar en el cielo, que sus
ángulos, sus declinaciones y traslaciones lo pusieron claro, desde
hace muchos años, muchos, y que los pacientes y muy lógicos mayas,
leyendo estos movimientos mágicos  así lo han predicho.
Me gustaría creer que es así, que así fue y será, pero me parece
difícil. Voy a reconocer, en mi idiotez abyecta, que me parece muy
difícil de creer que las estrellas  y los planetas, esas lucecitas
tan lejanas que veo en el cielo nocturno, puedan hacerlo. En serio, y
disculpen la idiotez de mi escepticismo, pero, si estos astros no son
capases de liberarse así mismos de la tiranía de la gravedad y de su
trayectoria en forma espontánea, si están sujetos a la misma tiranía
de las leyes de la física,  imponentes,  si son tan esclavos como yo a
las leyes de Newton y al modelo de la relatividad: ¿Cómo podrían ellos
afectar mi insignificante vida sobre este pequeño punto azul llamado
tierra?


Me disculpo. Por ser incrédulo. No creo que el Apocalipsis anunciado,
el fin de  los tiempos o el oblibion estén a la vuelta de esa esquina
llamada mañana, siendo este último, uno de grandes y felices
coincidencias, en el que el año solar, lunar y de Venus coincidirán no
solo entre ellos, sino también  con el solsticio de invierno.
Casualidad esta nada causal y que, creo en mi suprema ignorancia, no
evitara que el día de mañana sea sucedido por otro y este por otro en
esa larga sucesión de tiempo que medimos en meses y años. Me disculpo
por no creer, por no tener la inteligencia para ser influenciable y
creer en explicaciones lógicas o fantásticas.
Solo veo este fin del mundo, y la previsible decepción para los
apocalípticos como una oportunidad: De salvar la cordura tan escasa en
este mundo. Si, eso espero, que este sea el fin del mundo de la
ignorancia y que empiece, por fin la era de la lógica, serenidad o
cordura, que buena falta hace en este universo humano que bulle sobre
la faz de la tierra y continuara por aquí el día que sigue a ese que
se llama mañana.

Salud y espero verlos pronto, del otro lado, de esa frontera llamada
mañana y que algunos llaman fin del mundo y que yo llamare simplemente
21 de Diciembre.

P.D. Have a nice end of the world...!!

lunes, 3 de diciembre de 2012

Manos, dedos.

2 de diciembre del 2012.
Comentario en "Blog".
Divagacion.

Manos.

Manos. Libres, sueltas, a pesar de estar, firmemente unidas, por la
muñeca, a unos brazos. Pareciera que estas manos fueran libres
totalmente, traviesas, danzantes, tal vez pertenecientes a mas de una
persona.  Pareciera que volaran, abriendo sus alas formadas de
dedos-plumas, mientras se afianzan, con fluida elegancia a un aire
ligero.
Como se mueven, esos dedos, que en numero de cinco poblan la mano y
que son un universo en si mismos. Cada uno ependice secundario, lucido
y sensible, que conforman la parte intelectual  de este miembro
manual. Dedos, de nombres varios y con funciones definidas, como el
super útil pulgar, que permite a cualquiera de los otros hacer ese
movimiento de pinza que llamamos agarrar, tomar o coger. Están también
los otros, como el indice que señala lo que queremos, el anular que
carga la corona del anillo, y que por eso es presumido, el meñique,
que sirve para rascarse y hurgar, por ultimo queda ese dedo, el de en
medio, ese, que se muestra solitario y erecto, a imitación de otro
miembro vago del cuerpo, ese, que se levanta como cabeza de tortuga al
salir del caparazón y que mostramos como signo de ofensa o grosería.
Tal vez por eso es difícil de creer, que este dedo ofensor, que nos
impide hacernos de amigos y afinidades se llame "cordial", pues, según
creo, al mostrarlo a los demás con gesto irritado, no es acto que nos
permita hacernos de uno o mas amigos.

Anillos. Varios y de todos tipos, hechos de diversos  metales. Siendo
el amarillo oro el mas valioso. Con todas las formas, adornos y
simbolismos, como esos que se deben besar en las manos papales o
aquellos que nos recuerdan nuestros estudios y profesiones, los que
son símbolo de poder y pertenencia, o aquel, de Tolkien que era:
"....Uno para nominarlos a todos". También existe ese que nos une a
otro y que recibe el nombre de "promesa". Que marca nuestra
dependencia, esclavitud, pertenecía, posesión, abandono, maltrato y
otras cosas mas que podemos hacer o que nos inflige ese otro llamado
pareja y que no refleja el famoso significado de aprecio por el otro
que dicen, llamamos amor.
También existen estos, los esquivos, los poco y brevemente vistos, los
efímeros. Como estos que moran en tus manos libres y voladoras, que
parecen alas. Como tatuados permanentemente en el espacio efímero de
la durabilidad de la tinta con la que fueron hechos, marcando tu piel.
Me pierdo un momento deliberando: ¿Que significan, que contienen? Tal
vez tus anillos efímeros abrazan algo mas que tus dedos. Abrazaran un
breve momento del tiempo registrado por ese milagro de la luz y la
óptica que llamamos fotografía. Abran abrazado algo efímero. Algo, que
llamaremos, simplemente,  instante.