jueves, 17 de noviembre de 2011

Watashi no namae wa...

13 de Noviembre 2011.
Miss Tutsi Pop.
Comentario en blog.

Nombre...


I.

Todo, todo bajo el cielo tiene nombre, todo, todo a sido nombrado y significado, diariamente si ponemos atención, escucharemos palabras nuevas que dan nombre a las cosas, a los sucesos, hasta lo que no hemos visto y lo que nunca conoceremos tiene nombre, yo, que estoy aquí, lejano, escribiendo, tengo un nombre, una etiqueta que me significa y hace que los demás me reconozcan y sepan que ese nombrado soy yo y no otro

II.

Cuando el mundo era joven, pero no nuevo, los hombres primeros, los mas primeros, los de antes, los que antes que nosotros estuvieron, no tenían nombre, nada en la creación tenia nombre. Todo no era mas que eso, esto o aquello, el tu, el él, la ella y el nosotros dominaban el horizonte impersonal de las cosas. El mundo era joven y por lo tanto mas prodigioso y mágico que ahora, que no más, y por eso es que nada tenia nombre, no por que no lo tuviera, que lo tenia, ni dudarlo, sino por el hecho de que todo, todo bajo el cielo sabia de la magia del significado de las cosas, sabia, que si se sabe el nombre de algo, se puede poseer un poco de lo nombrado, si digo tu nombre se que eres tú y en mi mente, vida y existencia te poseo un poco, tangencialmente, se puede incluso poseer un poco de lo que ya no esta, como esos que se nos adelantaron a ese lugar del que no sabían su nombre y que los de antes que nosotros supieron que se llama Mictlán y nosotros inframundo y que viven con nosotros en la memoria de su nombre, que no es sino el único pedacito que nos queda de ellos. Hasta los dioses y creadores sabían eso, no es novedad que aquel creador de todas las cosas y dios de los judíos nunca les dijera a su nombre a los por el creados, los que del barro nacieron. ¿Que mayor regalo que el mundo y la vida les había dado el creador?¿Por que habría de darles todavía el regalo de su nombre, para los que por el creados pudieran poseer, por medio de su nombre, un poco de su persona divina?
Recuerdo también que los hombres sabían que no solo nombrar las cosas es poseerlas, también escribirlas, que es hechizo poderoso, que permite saber, compartir y llevar el milagro del nombre y existencia de las cosas a todos los lugares y a todos los tiempos, al futuro si se quiere, de donde nadie a regresado, y en donde nadie nos recordara ni recordara nuestro nombre. Será esta fecha, en la que el ultimo de los hombres no pueda decir ni recordar las cosas, cuando la creación habrá realmente terminado, en ese momento el mundo será viejo, y aunque seguirá y permanecerá sin nosotros, no habrá nadie que recuerde y mencione la palabra mágica de su nombre, aunque exista, habrá dejado de existir, solo existirá imposible y sin sentido el estado que se nombra olvido.

III.

Te nombro, en la distancia, que puede ser mucha o poca, imposible, como la del otro lado de la pantalla, que parece es como se acostumbrara a medir, en lo futuro, la distancia de las ausencias. No estas aquí, estas allá o en otro lado. No se donde sea físicamente aquel lugar, del cual desconozco el nombre y por lo tanto no puedo nombrarlo. Estas allá y aquí, en mi mente que susurra tu nombre en la lejanía, no se que haces ni donde vivas, no se lo que es y lo que eres, eres. Con un nombre que se que eres tu, en mis recuerdos y que tu eres ese nombre significado. Te murmullo en voz baja y entonces existes un poco aquí. Te pienso y no pienso a alguien ajeno mas que a ti, con su nombre, que eres tu. Espero estés bien, allá, en el lugar sin nombre que por eso no existe y no es ningún lugar pues desconozco su nombre y por lo tanto no existe, pero se es el lugar donde esta, siempre, ubicua, ese lugar es el espacio imposible e indimencional de tu nombre, donde existes por el milagro de poder nombrarte. Existes, por que te nombro.

Yo por lo pronto no tendré nombre ya mas... seré Anónimo.

Terrible Love...

08 de Noviembre del 2011.
Comentario en "Blog".
Miss Tutsi pop.

Terrible love...

Amor... Terrible, como los son todos, que no más.
Depredadores, tal vez se dirá. Que uno cree o creé creer, que es peor, pues creer que creé no es mas que engañar al bobo interno, que es uno mismo. Pues bien, uno cree creer que uno ha domesticado a la bestia salvaje del amor ajeno, con los regalos otorgados y por el condicionamiento del cariño, cree que por el acto de ofrecer, lo que nunca nos fue pedido por el otro y tal vez mas, esto ha servidor para sobornar a la bestia salvaje que mora dentro del corazón ajeno, así engañados, bajamos nuestra guardia y relajamos nuestra defensa hasta quedar débiles y desprotegidos ante ese cruel amor llamado rechazo o desengaño, el cual nos acecha desde la obscuridad, esperando el momento preciso para saltarnos encima cuando mas vulnerables y sensibles estemos.

Presas de la sorpresa difícilmente repararemos en como la vestía del amor terrible, llamada desengaño, ha saltado sobre nosotros y como, salvajemente, evitara nuestra débil defensa, tan sorprendidos estaremos que estúpidamente nos preguntaremos como es posible que así nos pague después de todo lo que le ofrecimos, no esperando a cambio de nuestros esfuerzos esta terrible decepción, continuaremos así mientras, pensando negligentemente, estúpidamente, mientras la bestia nos saca los ojos, lame las órbitas y chupe las cuencas de nuestro rostro, seguiremos incrédulos mientras la bestia terrible con sus fauces nos desgarre el pecho, tibio y ahora sangrante, mientras sentiremos, con doloroso recordatorio como nuestro corazón, débil y amedrentado es devorado, salvaje y cruelmente, vivo, por la bestia insaciable, terrible, a la que pretendemos aferrarnos inútilmente en un abrazo cariñoso, tiernamente desesperado.

Este ataque nos causara la muerte temporal llamada abandono, que no es otra cosa que la agonía, deceso y tal vez visita breve al limbo, antes de que nuestro corazón renazca en un acto de metempsicosis para, nuevamente, ofrendarse de buenas a primeras a otro corazón ajeno, que tal vez sea menos cruel que el ultimo.

Agonizamos ahora, víctimas del ataque del amor cruel. Tirados, parecemos un cadáver sorprendentemente bastante vivo. De esos ojos rotos que perdieron el brillo, aparecerá, antes que después, una hemorragia de sangre incolora y salada, recuerdo de nuestro océano interno, ese, que en veces como esta nos desborda. Rodaran las gotas de sangre incolora y salada por la geografía de nuestra cara hasta caer, pesadamente al suelo, donde se secaran y se convertirán en polvo, ese polvo fino que hace doler la vista y que llamaremos recuerdos, nostalgia, anhelo...

Dolorosos a veces...

Terribles, las mas...