martes, 29 de marzo de 2011

El hombre en la luna.

Correo electrónico.

El Hombre en la luna.
20 de Julio 2009

Hace cuarenta años ha, un día como hoy, 20 de Julio, mi padre, acompañado de uno de sus hermanos iba de aparador en aparador buscando un escaparate donde una de esas mastodonicas televiciones de bulbo, blanco y negro tamaño consola transmitiera el alunizaje del hombre en la luna. En algún momento, entre las cuatro y media y cinco de la tarde (Al menos así lo recuerda.) el y otras personas reunidas en pequeños grupos frente a los aparadores de tiendas, ya extintas ahora, veían la imagen borrosa y contrastada dentro del tubo de rayos catódicos, de como una silueta gris y blanca, contrastada y con un halo difuso apenas visible se posaba en la superficie de la luna.

"Este es un pequeño paso para un hombre pero un gran paso para la humanidad"

Y mientras los locutores repetían los pormenores del despegue, viaje y alunizaje los pequeños grupos que se habían reunido frente a esas hogueras post modernas que son los televisores lentamente se fueron diluyendo paulatinamente en el flujo diario de la realidad. Lo fantástico paso, ocurrió y ahora que ya es parte de ese esquivo presente que nada dura se va de largo.
El problema con los prodigios es que ocurren y que una vez que han pasado se disuelven en el tedio de la existencia. lo mas importante es la expectación de que ocurran, una vez que han pasado son pabilos humeantes.

Recuerda mi padre que soltero aún, no le importo ir a asolearse al Zocalo y aguantar los apretones de la demografía anónima mientras distinguía a lo lejos un camión que con las figuras de los astronautas Collins, Aldrin y Armnstrong saludando de deslizaba navegando entre ese mar revuelto de personas que en aquel momento llenaba la plaza.

Yo soy un niño de la era espacial, no, no me confundan, no soy ni generación X ni Y ni Atarí, ni cosa similar. Yo tenia, cuando infante, un cohete Saturno V de juguete, de plástico rojo y azul, igual mi hermano. Ambos disfrutamos de incontable películas de ciencia ficción chafa en las matinées televisivas y devoramos, ávidos, los cuentos de Bradbury donde los Cohetes eran el vehículo fantástico que liberaría al hombre del tedio de este mundo. Mi hermano llego incluso a poner el despertador a cierta hora de la madrugada para ver los lanzamientos en vivo del transbordador espacial y del vuelo del Ing. (Dr.) Nerí Vela.

Pero parece que ahora al mundo no le interesa viajar a espacio exteriores si pueden perderse dentro del vasto y complejo espacio de las áreas digitales y de los dioses computacionales. Y así mientras recuerdo como hacia pequeños cohetes con envases de Kola Loka rellenos de vinagre y bicarbonato o de agua y pastillas efervescentes veo como el espacio le parece tan fuera de moda a la gente mas joven que yo que ven como máximo signo de progreso a un monitor y a unas teclas o en su defecto, un teléfono móvil diminuto e inteligentísimo. Parece que el mundo va para atrás, hace cuarenta años había hombres caminando en la luna y aviones de pasajeros franco-britanicos y rusos que atravesaban el mar Atlántico y el Asia central en tres horas a velocidades supersónicas. Y ¿Ahora? Nada.
Todo esto esta fuera de moda, de onda, no es brillante, inmediato, vacuo. Pero para mi es mucho.

Hace cuarenta años era Domingo y un hombre descendió en la luna...

jueves, 24 de marzo de 2011

Girasol.

Nubes Rojas
15 de Julio 2009

Girasol.

Sentada en esa roca, contemplaba el atardecer. Mientras el girasol terminaba su trayectoria descendente por la bóveda celeste y se acercaba mas y más a esa rayita azul y distante coin filo de navaja que es el horizonte. Disfrutaba sentada del frescor generado por el choque de las olas de lana azul que se frotaban rítmicamente contra el escollo. Frescor este, que continuaba mientras la marea de lomos de este mar azul bajaba, replegándose, hacia el horizonte dejando en la arena caprichosos diseños generados por este fluido azul y lanudo, ahora en marea baja.
Mientras observaba la trayectoria declinante de el girasol y su atardecer, recordó de aquellos campos lejanos, verdes y luminosos que conoció el verano pasado. Estos campos aparentemente sin fin llenos de soles que se movían siguiendo al girasol celeste en su trayectoria por el cielo blanco, como la leche.

Mientras atardecía podía ver como la marea en paso constante hacia el horizonte y como su azul se volvía mas obscuro, ajeno, lejano, marino, hasta desaparecer en la obscuridad de la noche. Noche esta que de pronto se vio llena de una brisa marina, salada, distante.

Mientras descendía de la roca con una leve y melancólica sonrisa miro hacia el levante lejano. Si. Mañana atardecería de nuevo.

Mala influenza...

28 Abril 2009
Nubes rojas
(Epidemia de influenza porcina, "Apocalipsis now...")

Cartas.

Nunca e escrito una carta completa.

Mil veces e empezado una, pero nunca la eh terminado. Me consume el miedo del futuro nunca visto donde el remitente la vea y la tire, la abandone, piense que el que escribe a perdido el seso, la cordura, la compostura o que a pasado a engrosar las filas de la idiotez abyecta. Me horroriza pensar en que el texto, compuesto con tanto trabajo y diplomacia, midiendo la neutralidad de lo términos y las palabras nunca sea abierta, que sea rota o archivada, que pase a ser parte de la dimensión desconocida o que engrosé el universo de objetos olvidados, que, según se sabe crece a un ritmo constante y progresivo de creciente entropía.
No me compensan los sucedáneos electrónicos, las paginas personales, redes sociales, los chats. No, su formato standar, con la foto tomada por mano propia por medio de una web cam o cualquier otro artilugio digital, con la cara sonriente; No me compensan. Me da pena ver como estos medio acercan a los individuos a su absoluta soledad, mientras busco como desesperado el contacto con la realidad de los demás.

Pienso en esta influenza que se ha abatido por la ciudad ya atacada por la epidemia de la unicidad de las personas, de la falta de contacto, de la ausencia de besos; Robados por los tapabocas azules.Color este, que recuerda al sentimiento triste del Jazz. "Cuando te encuentres triste y abatido, desesperado, estarás en el mood del blues" Recuerdo. Y veo como el azul poli-multiplicado de los tapabocas me pone en ese estado. Será por eso que me he rehusado a usarlos. Mala influencia es esta influenza epidemica que nos priva del roce humano presente en una sonrisa telegráfica, que nos impide reunirnos y no hace mas que hacer mas palpable nuestra soledad como individuos.

Tal vez sea el momento de escribir cartas, para que estas, con su carga física mitiguen la imposibilidad temporal del contacto y que disminuyan un poco la epidemia de miedo desatada por nuestra repentina noción de infecciosa mortalidad.