jueves, 25 de noviembre de 2010

05. Chole

10 de Julio del 2008.
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Mi Chole:

Receta para estar con Chole: Pongase en cualquier lugar que le apetezca, de preferencia uno que no tenga mas presencia que usted, o por el contrario uno donde la concurrencia sea abundante. Observe con detenimiento a su alrededor y luego procure acostumbrarse a su entorno, lentamente, paulatinamente tome conciencia de lo que es. No intente reflexionar acerca de su persona, lo que hace o por que esta aquí. Solo tome conciencia de usted, de que existe, de que esta separado de todo y de todos lo que lo rodean, de que es una unidad, única e indivisible, de que habla y camina, de que el mundo se vuelca hacia su interior vía sus ojos y sus oídos, de que usted, a pesar de que forma parte del mundo esta separado de el. En ese preciso momento usted se dará cuenta, que ya sea aislado o acompañado usted esta solo.
A pesar de que uno cree que esta solo, uno esta acompañado. La soledad esta al lado de uno. Si uno lo piensa, se dará cuenta que hasta el mas abandonado de los náufragos siempre estuvo acompañado. Rodeado de la mas absoluta soledad. O sea la soledad primigenia y en su forma mas pura, como lo fue en un principio, desde el origen del mundo. Aquí, debemos de plantear la duda primigenia acerca de que fue primero, es decir: ¿La soledad existe desde el origen del mundo?¿O nació con el hombre? Sabemos que los animales, aun cuando están solos no sienten soledad. Esto se debe a que no son conscientes de son, solo son lo que son y deben ser y por eso son parte del mundo. Pero nosotros, los hijos de Eva, los nacidos después de los dolores, el pasto que el mundo rumia entre sus dientes somos dolorosamente conscientes de lo ajenos que somos de la existencia del mundo. De hecho nuestra existencia y el orden del mundo son básicamente opuestas, rígidas, inclaudicables. Por eso es que nuestra soledad nos acompaña desde que nacemos y continua con nosotros hasta que regresamos al seno de la tierra. Siempre cerca de nosotros, pero procurando pasar desapercibida. Es tan común a nosotros que por eso yo ya no le llamo soledad, no señor. ¿Cómo se puede ser tan formal con alguien tan cercano a uno? Por eso yo le llamo con un nombre mas cordial Chole, o mi Chole.

Relación rara es la que tengo con la soledad. En su compañía e tenido algunas de mis mejores ideas, aunque no gracias a ella. Con ella he tenido algunas de mi peores horas y ella es la única que me ha visto como soy cuando estoy totalmente abatido. En esos momentos me doy cuenta de que Soledad no es una amante delgada, pues su abrazo esclaviza y su peso me atrapa. Siento como si por un momento fuera a fallecer ahogado bajo su peso mastodonico y como su garra me destroza el corazón. Es amante enfermiza en verdad, pues nos deja liberarnos de ella con la ilusión de cariños menos dañinos, pero al menor desengaño que suframos allí estará allí para volvernos a tender su frío y férreo abrazo.
Es también persona que no le importa si uno esta solo o acompañado, pues a veces, en esos lugares llenos de música estridente y cuerpos que se ondulan, como vistos por cristales de aumento (que bailan, que así le llaman), donde las platicas a gritos salen de bocas que pronto quedaran afónicas a oídos que nada entienden, puedo sentirme en la mas completa soledad, al saberme separado de lo que pasa a mi alrededor. También en lugares, donde el peso de la demografía intenta ocupar el lugar de uno, como en un vagón de metro en hora pico uno puede darse cuenta que a pesar de esta aplastado y rodeado de una masa humana que busca la rendición de uno vía la sesión del espacio físico que uno utiliza y a pesar de que el monstruo humano de infinitas cabezas e infinitas manos que buscan instintivamente las redondeces inferiores de los sexos contrarios, ya sea con fines de placer propio o ajeno, de afán de molestar u ofender, o simplemente para robarnos la billetera uno se sienta increíblemente solitario.

Aunque mi soledad me pesa a veces, no la deseo ni le temo. La acepto como acepto mi cansancio, mi deseo, mi apetito y mis desvaríos. La acepto como el buen o mal día, la ausencia de lluvia o el chaparrón, los besos perdidos, recibidos, deseados y guardados, el placer dado y recibido, los dolores y las penas así como las alegrías y las euforias.
Solo le puedo estar agradecida por algo, que apesar de lo que es, y a pesar de lo que soy ella esta siempre conmigo, en las buenas y en la malas y se contentara, con que algunas veces, las mas algunas, las menos otras le deje entrar en mi vida, como todo lo que existe.

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