viernes, 30 de septiembre de 2011

Insomne.

30 de Septiembre 2011.
Texto - Correo electrónico.

Insomne.

Pareciera que hay lugares que existen para algo mas que para lo que son
concebidos.
Las esquinas y las partes bajas de los puentes peatonales que repentinamente se transforman en basureros los primeros y en orinales los segundos. Los descansos mal iluminados de las escaleras de los edificios de apartamentos, que parece que fueran creados para los besos y caricias rápidas de los cuerpos jóvenes, de esos, que reptan sus bajos vientres en la búsqueda del otro, en la rapidez, emoción y desafío que da la probabilidad de ser descubiertos. De los patios y azoteas que se transforman en desguezaderos o chatarrales y de los cristales y espacios públicos que son presa del odio juvenil desafiante.

Pero hay objetos que existen para ser una o mas cosas, ademas de para las que fueron creadas. Objetos como la cama. Que es un espacio relativamente suave y acojinado donde el hombre descansa, duerme, reposa, se encuentra a si mismo, y a veces, se encuentra con otro, en cuyo caso no reposara y mas bien se encontrara activo y febril en la búsqueda del ajeno, varias veces, si se es joven y la pasión ayuda, aunque, la pasión y la búsqueda se pueden realizar en otros lugares, como los son las esquinas de los muros, las sillas, los sofás, las mesas, el suelo, y si uno es creativo, apasionado y un poco desinivido la pasión se puede resolver en una exploración del otro contra, sobre, o de lado de una lavadora en ciclo de centrifugado, si esta vibra mucho, por estar falta de equilibrio,mejor.
Pero, no nos perdamos, volvamos al asunto de la cama cuya función principal es la de servirnos para acostarnos en ella y dormir. Dormir, que nos es sinónimo de acostarse, aunque, ya se sabe que a veces decimos, "me voy a acostar" cuando uno debería de decir , "me voy a dormir" o como cuando la gente dice que alguien o uno mismo se "acostó" con otro y uno sabe que se acostó, yació, se sentó, busco, gimió y encontró al otro, al ajeno, pero, definitivamente no durmió, ni descanso, tal vez, en estos casos, todo lo contrario: Se fatigo.
Aunque no desvariemos, recordemos, la cama es un lugar agradable para dormir. Para realizar esa actividad la mayor de las veces nocturna y las menos diurna, placentera, reconfortante y relajante y que si uno se quedara con estas descripciones se pensaría (Tal vez) que nos estamos refiriendo al acto onanico, pero, no, de ninguna manera, pues este acto, el del dormir es mas profundo y vital que aquel que llevo a la tumba a Onan.
Se dice que por lo menos una tercera parte de la vida la pasamos dormidos, la mayoría de nosotros en una cama. Lugar este que se podría decir es la piedra de sacrificios donde cada noche, las mas y las menos de día, uno ofrenda la lucidez y cordura de la vida consciente a la pequeña locura ilógica de la vida inconsciente, esa, que mora dentro de nuestra cabeza. Es la cama el lugar donde nuestros sueños de enfrentan con la realidad y donde no pocas veces la lucidez ha luchado duras batallas para arrebatarnos de las garras del sueño.
Pero a veces la cama, esa, la que nos reconforta, y nos da cobijo cuando queremos busca el sueño reparador se transforma en lugar horrible cuando somos asaltados por ese sexto jinete del Apocalipsis que es el insomnio. En esas ocasiones, la cama se transforma en un lugar horrible que pareciera esta lleno de clavos, pues nos hace reptar hacia un lado y luego para otro, nos es incomoda y ademas ejerce un raro control sobre el tiempo, pues unos pocos minutos parecen horas, días. Ademas trasforma nuestra calma y descanso en irritabilidad y somnolencia, estado este el mas horrible de todos, pues no es ni el abismo tibio y reparador del sueño, ni la inquisitiva verdad de la vigilia, es, un estado de no estar en ningún lado de ser ubicuo pero no omnisciente, es sentirse Zombi, por minutos y horas que parecen días de obscuridad inquisitiva y amenazante.

Ayer mismo fui insomne.

Casi por casualidad o por descuido, en un principio no me di cuenta, pero, después de un rato, me sorprendí que a pesar de estar cansado y somnoliento, no me dormía, tal vez el sueño habría abandonado esta cama harto de mi, o como es otoño, decidió migrar hacia tierras mas tibias. Pareciera que mi cama estuviera defectuosa, que no sirviera para lo que había sido hecha. Me pregunte si la garantía de esta cama había expirado y si así fuera, como le reclamaría y en donde.
Pareciera que de alguna forma alguien le hubiera quitado la cualidad del sueño a mi cama, que alguien se la hubiera drenado por algún lado, por algún grifo oculto que nunca e visto y que por error deje abierto. O tal vez que algún extraño insecto, como ese del almohadón de plumas(Que en lo personal me quita el sueño con solo recordarlo) le hubiera chupado, escanciado, sorbido, el sueño que tan plácidamente habitaba mi cama. ¿Quien lo robo? Tal vez un ladrón entro y levanto el colchón buscando dinero, billetes, monedas, papeles o valores y al ser lo único que había valioso se lo había llevado, mi sueño, mi descanso, a otra parte donde la malbarataría. ¿La tendría secuestrada?¿Me pediría rescate? Esa terrible posibilidad me quitaba aun mas la posibilidad de encontrar el sueño, ajeno, y por lo menos por ahora ausente.

Insomnio, te odio por transformar este lugar de relajación y placer que es la cama en un lugar hostil y frío al que tendré que regresar esta noche con algo de miedo, pues podría volver a ella y no encontrar el sueño reparador, si no a ti, expectante, agazapado, listo para saltarme encima como animal de presa protegido por la obscuridad de la noche.

2 comentarios:

  1. insomnio maldito tú, que has de robarme aquel encuentro con mi otro ser con mi otra vida y con él ... no permites mitigar el frío de la noche.Buen escrito Carlos
    A.

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  2. N´nombre...Gracias por tus palabras. Hasta me lo vo(y) a creer.

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