jueves, 17 de noviembre de 2011

Terrible Love...

08 de Noviembre del 2011.
Comentario en "Blog".
Miss Tutsi pop.

Terrible love...

Amor... Terrible, como los son todos, que no más.
Depredadores, tal vez se dirá. Que uno cree o creé creer, que es peor, pues creer que creé no es mas que engañar al bobo interno, que es uno mismo. Pues bien, uno cree creer que uno ha domesticado a la bestia salvaje del amor ajeno, con los regalos otorgados y por el condicionamiento del cariño, cree que por el acto de ofrecer, lo que nunca nos fue pedido por el otro y tal vez mas, esto ha servidor para sobornar a la bestia salvaje que mora dentro del corazón ajeno, así engañados, bajamos nuestra guardia y relajamos nuestra defensa hasta quedar débiles y desprotegidos ante ese cruel amor llamado rechazo o desengaño, el cual nos acecha desde la obscuridad, esperando el momento preciso para saltarnos encima cuando mas vulnerables y sensibles estemos.

Presas de la sorpresa difícilmente repararemos en como la vestía del amor terrible, llamada desengaño, ha saltado sobre nosotros y como, salvajemente, evitara nuestra débil defensa, tan sorprendidos estaremos que estúpidamente nos preguntaremos como es posible que así nos pague después de todo lo que le ofrecimos, no esperando a cambio de nuestros esfuerzos esta terrible decepción, continuaremos así mientras, pensando negligentemente, estúpidamente, mientras la bestia nos saca los ojos, lame las órbitas y chupe las cuencas de nuestro rostro, seguiremos incrédulos mientras la bestia terrible con sus fauces nos desgarre el pecho, tibio y ahora sangrante, mientras sentiremos, con doloroso recordatorio como nuestro corazón, débil y amedrentado es devorado, salvaje y cruelmente, vivo, por la bestia insaciable, terrible, a la que pretendemos aferrarnos inútilmente en un abrazo cariñoso, tiernamente desesperado.

Este ataque nos causara la muerte temporal llamada abandono, que no es otra cosa que la agonía, deceso y tal vez visita breve al limbo, antes de que nuestro corazón renazca en un acto de metempsicosis para, nuevamente, ofrendarse de buenas a primeras a otro corazón ajeno, que tal vez sea menos cruel que el ultimo.

Agonizamos ahora, víctimas del ataque del amor cruel. Tirados, parecemos un cadáver sorprendentemente bastante vivo. De esos ojos rotos que perdieron el brillo, aparecerá, antes que después, una hemorragia de sangre incolora y salada, recuerdo de nuestro océano interno, ese, que en veces como esta nos desborda. Rodaran las gotas de sangre incolora y salada por la geografía de nuestra cara hasta caer, pesadamente al suelo, donde se secaran y se convertirán en polvo, ese polvo fino que hace doler la vista y que llamaremos recuerdos, nostalgia, anhelo...

Dolorosos a veces...

Terribles, las mas...

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