martes, 4 de septiembre de 2012

Ojo.

Comentario en "Blog".
03 de septiembre del 2012.
10:30 P.M.

Ojo.

I.

Existe en ti un ojo. Uno tercero distinto a los dos pozos de luz que
moran en tu cabeza. No me refiero, como podría creerse, a ese mítico
tercer ojo, que dicen, es muestra de la iluminación y que vive,sin ser nunca visto en la
frente de los elegidos, a la altura de ese lugar difuso que se
identifica como el antepenúltimo chakra. No. Tu tienes un ojo, otro,
uno tercero y vertical, no horizontal como los otros dos. Que vive y mora
al sur, en tu sur, mas alla de meridiano de tu obligo y que se
encuentra oculto, en esa obscuridad que existe en lo profundo de tu selva
del Brasil o Africa, que en forma se parece, que existe en la partición
geográfica de las penínsulas de tus piernas. Eh ahí que mora, oculto
y entrecerrado, tu ojo vertical de negrísima y profunda pupila e iris
turquesa,  de azul intenso, pues dentro de este ojo se contiene un
inmenso mar de humedades desbordantes, inmensas. No nos referimos, de
ninguna manera al llanto que brota periódicamente del lagrimal de tu
ojo vertical, ese que llora, según los ritmos de las mareas de tu mar
interior y que refleja, en su color, el oxido de la vejez que cada
segundo se acumula dentro de nosotros.

II.

 A veces tu ojo vertical llora, cual símil de tus otros ojos, cuando
algún dedo, travieso y lucido, decide picarlo. En un acto repetitivo,
de lucida acción, de movimientos entre suaves y violentos, que
recorren sus párpados, sus pestañas, y el monte del centro de tus
sensaciones, a veces, tu dedo lucido pica,  de forma superficial o
profunda la negra pupila de tu ojo, desatando, las mas de las veces,
una humedad que no es llanto y algunas otras, las menos, un llanto
breve, abundante y tibio que no es señal ni de dolor ni de
incomodidad, sino, tal vez, de esa alegría breve que llamamos gusto o
placer.

III.

Tu ojo, de pupila negra y profunda no solo ve las cosas que los ojos
que moran mas al norte de ti no ven ni intuyen. Habla, en una lengua
muda e ininteligible, de la cual, aparentemente solo el sabe el
significado. Tal vez por eso no es extraño que a veces, de vez en cuando,
entable conversación, superficial o profunda, según la ocasión, con
ese apéndice pequeño pero indispensable, que es la lengua, lengua esta que es algo más que un
apéndice lucido e importantisimo, que mora dentro de la boca y que es
ducha y elocuente en cuestiones de esa habla sonora, pero, que a veces,
dialoga, muda, en ese idioma sin sonidos, que es lengua muda, de contacto, de roses y humedades, de movientos rtmicos que transmiten el lenguaje mudo que solo la lengua y tu ojo vertical conocen y que pareceria un beso, humedo y profundo pero que sabemos no es mas que las palabras transmitidas, de un lado para el otro, articuladadas por medio de ese fenomeno fisico llamado ósmosis. Dialogo este que va de lo tranquilo a lo intenso, mientras ambos
se dicen cosas tibias y húmedas, de mar, mar profundo, mutuamente
susurradas a su inexistente pero atento oído.

IV.

Tu ojo es uno, solo, morando en las profundidades amazónicas  o tu
Africa negra que es el extremo sur de tu selva tropical. Bosque
lluvioso este y fértil cual mas. El cual tiene su contraparte en otro
ojo, de cíclope, de cabeza de tortuga,  que a veces visita y pica, molestando ese azul iris
de mar profundo, primero en forma suave y lenta, que continua a ritmo
creciente, de tormenta. Así pues no será raro, para nada,  que los
movimientos de este cíclope furioso terminen en una  sola ola, de
riada, en  Tsunami de espuma blanca, que inundara tu flujo interno, ese
obscuro, profundo, azul y tibio, y que llamaremos de ahora en
adelante; Mar: Mar de la fertilidad, como ese de la Luna donde moraron
los hombres, brevemente 40 años ha.

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